DÍA MUNDIAL DEL TEATRO.

27 de marzo.

Antonio Dechén, Carlos Costa, Santi Rivera, Salva Reina, Antonio Miguel Morales, Jesús Cimarro, Orixol, Ángeles Ruso, Laura Baena, Luis Alberto Domínguez, Víctor Brenes, Manuel Andrés, Alejandro Vera, Héctor Cabello, Manuela Alonso, Fram Contreras, Blanka Nicolás, Mari Paz Sayago, Paloma Jiménez, Pilar Salazar, Antonio Campos Al-Alba Teatro, Diana de Paco, Laboratorio TNT, Nacho León, Evelyn Biecher, Dani Rovalher, Clicolé, Alicia Acuña, Eklectika, Lume, Annët Rahed, José Luis González Subías, Lola Botello, Dave Hitchock, Estoy Rara, Fael García, Goizalde Núñez Panopicos y La Barbarie.

La Cañería Teatro, Cía Milagros, Cía La Turba, Cristina Almazán, Farandulario, Chelo Valero, Compañía MarcoPan, Claroscuro Teatro, Montse Rueda, Sario Téllez, MariPaula, Crisálida Teatro, PanPan Compañía Teatral, La Madeja Teatro, Gonzalo Validiez, La Machina Teatro, La Enterá Teatro, Teatro Güi, El Tercer Planeta, La Milicia y Javier Villarín.

Últimos Manifiestos escritos para «Zelebrar» este día:

2023. Mensaje de Samiha Ayoub.

A todos mis amigos los artistas de teatro de todo el mundo.
Les escribo este mensaje en el Día Mundial del Teatro, y por más que me inunde la felicidad de estar hablando con ustedes, cada fibra de mi ser tiembla bajo el peso de lo que sufrimos todos —los artistas teatrales y los no teatrales— de las presiones demoledoras y los sentimientos encontrados en medio del estado actual del mundo. La inestabilidad es un resultado directo de lo que está pasando nuestro mundo hoy en día en términos de conflictos, guerras y desastres naturales que han tenido efectos devastadores no solo en nuestro mundo material, sino también en nuestro mundo espiritual y nuestra paz psicológica.
Les hablo hoy mientras tengo la sensación de que el mundo entero se ha vuelto como islas aisladas, o como barcos que huyen en un horizonte lleno de niebla, cada uno de ellos desplegando sus velas y navegando sin guía, sin ver nada en el horizonte que lo guía y, a pesar de ello, siguen navegando, esperando llegar a un puerto seguro que lo contenga después de su largo andar en medio de un mar embravecido.
Nuestro mundo nunca ha estado tan estrechamente conectado entre sí como lo está hoy, pero al mismo tiempo nunca ha estado más disonante y más alejado el uno del otro que hoy. He ahí la dramática paradoja que nos impone nuestro mundo contemporáneo. A pesar de lo que todos estamos presenciando en cuanto a la convergencia en la circulación de noticias y comunicaciones modernas que rompió todas las barreras de las fronteras geográficas, los conflictos y tensiones que vive el mundo rebasaron los límites de la percepción lógica y crearon, en medio de esta aparente convergencia, una divergencia fundamental que nos aleja de la verdadera esencia de la humanidad en su forma más simple.
El teatro en su esencia original es un acto puramente humano basado en la verdadera esencia de la humanidad, que es la vida. En palabras del gran pionero Konstantin Stanislavsky: «Nunca entres al teatro con barro en los pies. Deja el polvo y la suciedad afuera. Deja tus pequeñas preocupaciones, disputas, pequeñas dificultades con tu ropa exterior —todas las cosas que arruinan tu vida y desvía tu atención de tu arte— en la puerta». Cuando subimos al escenario, lo subimos con una sola vida dentro de nosotros para un ser humano, pero esta vida tiene una gran capacidad de dividirse y reproducirse para convertirse en muchas vidas que transmitimos en este mundo para que cobre vida, florezca y esparza su fragancia a los demás. Lo que hacemos en el mundo del teatro como dramaturgos, directores, actores, escenógrafos, poetas, músicos, coreógrafos y técnicos, todos nosotros sin excepción, es un acto de creación de vida que no existía antes de subirnos al escenario. Esta vida merece una mano cariñosa que la sostenga, un pecho amoroso que la abrace, un corazón bondadoso que la simpatice y una mente sobria que le proporcione las razones que necesita para continuar y sobrevivir.
No exagero cuando digo que lo que hacemos en el escenario es el acto de la vida misma y generarla de la nada, como una brasa ardiente que centellea en la oscuridad, iluminando la oscuridad de la noche y calentando su frialdad. Nosotros somos los que le damos a la vida su esplendor. Somos quienes lo encarnamos.. Somos quienes lo hacemos vibrante y significativo. Y somos nosotros quienes damos las razones para entenderlo. Somos los que usamos la luz del arte para enfrentar la oscuridad de la ignorancia y el extremismo. Somos los que abrazamos la doctrina de la vida, para que la vida se propague en este mundo. Para ello ponemos nuestro esfuerzo, tiempo, sudor, lágrimas, sangre y nervios, todo lo que tenemos que hacer para lograr este noble mensaje, defendiendo los valores de la verdad, el bien y la belleza, y creyendo verdaderamente que la vida merece ser ser vivida.
Les hablo hoy, no solo para hablar, o incluso para celebrar al padre de todas las artes, el “teatro”, en su día mundial. Más bien, los invito a estar juntos, todos nosotros, de la mano y hombro con hombro, para gritar a todo pulmón, como estamos acostumbrados en los escenarios de nuestros teatros, y dejar que nuestras palabras salgan. para despertar la conciencia del mundo entero, para buscar en nosotros la esencia perdida del hombre. El hombre libre, tolerante, amoroso, simpático, gentil y comprensivo. Y permitirles rechazar esta imagen vil de brutalidad, de racismo, de conflictos sangrientos, de pensamiento unilateral y de extremismo. El hombre ha caminado sobre esta tierra y bajo este cielo durante miles de años, y seguirá caminando. Así que saca sus pies del lodazal de las guerras y de los cruentos conflictos, e invítalo a dejarlos en la puerta del escenario. Quizás nuestra humanidad, que se ha ensombrecido en la duda, vuelva a convertirse en una certeza categórica que nos haga a todos verdaderamente aptos para sentirnos orgullosos de ser humanos y de ser todos hermanos en la humanidad.
Esta es nuestra misión, nosotros dramaturgos, los portadores de la antorcha de la ilustración, desde la primera aparición del primer actor en el primer escenario, estar al frente para enfrentar todo lo que es feo, sangriento e inhumano. Lo confrontamos con todo lo que es bello, puro y humano. Nosotros, y nadie más, tenemos la capacidad de difundir la vida. Propaguémonos juntos por el bien de un mundo y una humanidad.

2022. Mensaje de Peter Sellars.

Queridos amigos.
Mientras el mundo vive pendiente, cada minuto y cada hora, de un constante goteo de noticias, me gustaría lanzar una invitación para que nosotros, como creadores, nos adentremos en nuestro ámbito y nuestra esfera y en la perspectiva de un tiempo que se vislumbra épico, con cambios y conciencia épica, con una reflexión y una visión épicas. Vivimos un período épico en la historia de la humanidad, y las consecuencias y profundos cambios que estamos experimentando en las relaciones entre los seres humanos y con otras esferas no humanas están al límite de nuestra capacidad de comprender, de articular, hablar o de expresarnos.
No estamos viviendo en un tiempo de noticias durante las 24 horas, sino que estamos viviendo en el filo del tiempo. Los periódicos y los medios de comunicación se encuentran completamente desbordados e incapaces de hacer frente a lo que estamos viviendo.
¿Dónde está el lenguaje, cuáles son los movimientos y cuáles las imágenes que podrían permitirnos comprender los profundos cambios y rupturas que estamos experimentando? ¿Y cómo podemos transmitir el contenido de nuestras vidas actualmente no como un reportaje sino como una experiencia?
El teatro es el arte de la experiencia.
En un mundo abrumado por las campañas de prensa masivas, experiencias simuladas, pronósticos terribles, ¿cómo salir de la interminable repetición de números para experimentar la santidad y infinidad de una sola vida, un sólo ecosistema, una amistad, o la calidad que nos aporta la luz de un cielo inusualmente extraño? Dos años de pandemia han mermado los sentidos de la gente, estrechado sus vidas, roto conexiones y nos han colocado en una zona cero de la morada humana.
¿Qué semillas debemos plantar una y otra vez en estos años, y cuáles son las especies invasoras y de crecimiento descontrolado que deben ser totalmente erradicadas? Mucha gente se encuentra al límite. Tanta violencia está floreciendo, irracional o inesperadamente. Tantos sistemas establecidos se han revelado como estructuras de continua crueldad.
¿Dónde están nuestras ceremonias de recuerdo? ¿Qué necesitamos recordar? ¿Cuáles son los rituales que nos permiten finalmente re-imaginar y comenzar a ensayar pasos que nunca antes habíamos dado?
El teatro de la visión épica, el propósito, la recuperación, la reparación y el cuidado necesita nuevos rituales. No necesitamos que nos entretengan. Necesitamos reunirnos y compartir el espacio, y necesitamos cultivar ese espacio compartido. Necesitamos espacios protegidos de escucha profunda e igualdad.
El teatro es la creación en la tierra de un espacio de igualdad entre humanos, dioses, plantas, animales, gotas de lluvia, lágrimas y regeneración. Ese espacio de igualdad y de escucha profunda está iluminado por una belleza oculta, que se mantiene viva en una profunda interacción entre peligro, ecuanimidad, sabiduría, acción y paciencia.
En El Sutra del Ornamento Floral, Buda enumera diez tipos de gran paciencia en la vida humana. Uno de los más poderosos se llama Paciencia para Percibir Todo como Espejismos. El teatro siempre ha presentado la vida de este mundo como un si de un espejismo se tratase, permitiéndonos ver a través de la ilusión y desilusión humana, la ceguera y la negación, con claridad y fuerza liberadoras.
Estamos tan seguros de lo que miramos y de la forma en que lo miramos que somos incapaces de ver y sentir realidades alternativas, nuevas posibilidades, diferentes enfoques, relaciones invisibles y conexiones atemporales.
Este es un tiempo para un profundo replanteamiento de nuestras mentes, de nuestros sentidos, de nuestra imaginación, de nuestras historias y de nuestro futuro. Este trabajo no puede ser realizado por personas aisladas trabajando solas. Este es un trabajo que necesitamos hacer juntos. El teatro es la invitación a hacer este trabajo juntos.
Muchas gracias de corazón por vuestro trabajo.

 

2021. Mensaje de Helen Mirren

Qué periodo tan difícil para el mundo del espectáculo, para todos los artistas, técnicos, tramoyistas y para las mujeres que han luchado por esta profesión tan estigmatizada por la inseguridad económica.
Puede ser que esta situación de inseguridad permanente les haya vuelto más fuertes para poder sobrevivir a esta pandemia con dignidad.
Su imaginación ha sido traducida en estas nuevas circunstancias en formas de comunicar, inventivas, imaginativas, conmovedoras, todo esto por supuesto gracias a internet.
Los seres humanos se cuentan historias desde tiempos muy remotos, desde que existimos en el planeta.
La maravillosa cultura del teatro vivirá mientras habitemos la Tierra.
La impulsión creativa de los escritores, de los diseñadores, de los cantantes, de los actores, de los músicos y de los directores, no será jamás estrangulada y en un futuro muy cercano se desarrollará otra vez con fuerza y con una nueva manera de ver el mundo.
¡Estoy ansiosa!

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